Reportaje: El Bomba sin cassette (primera parte)

El Bomba es un tipo ocupado. Que duda cabe de eso. Casi no tiene tiempo libre, todo el dia trabajando y de ahi, a los entramientos de la T. Tan ocupado está que recibe a Salió Clarín en un hueco de su faena diaria, y el diálogo se desarrolla a través el muro de vidrio que nos separa, en la esquina de JB Justo e Irigoyen

Salio Clarín: El público futbolero siempre estuvo intrigado sobre tus comienzos. Contános...

Bomba: Bueno, Yo siempre fui un pibe del centro. Y en el centro de Cipo empecé a darle a la redonda. Primero en la calle Córdoba, y después en la canchita de la calle Independencia. Tenía tantas piedras la cancha que aprendí, como el Diego, a hacer jueguitos con las piedritas. Mi viejo se apiadó y me regaló una "pulpo", con la que empezamos a jugar. Desde entonces, quedé marcado en el bario como el gordito que pone la pelota.

SC: Sin embargo, la habilidad y la fantasía son tu marca de fábrica

B: si, si.. (entorna los ojos, como si mirara para adentro con un velo de nostalgia). Con esa pulpo un día me dí cuenta que lo mío era la fantasía. Tiraba paredes con el ruso, me animaba a gambetas artísticas con el chino Sano, y de a poco se fue construyendo el mito del Bombón. Yo por esa época entrenaba, ya de tan chiquito entrenaba... Ojo, no salía a correr ni nada parecido: cazaba la pulpo y le daba patadas a la pared, toda la tarde, hasta que la Dora me llamaba a comer los fideos. De esa época - mirá de cuando te estoy hablando! - viene la costumbre de pegarle con el diario

SC: No me digas!

B: Así es. Le afanaba el Río Negro a mi viejo, me enfundaba las zapas con el diario y probaba pegarle así. Tenía un arco dibujado contra un galpón que había en mi casa al fondo del jardin, y apuntaba siempre al travesaño.

SC: De grande le seguiste apuntando a los travesaños!

B: Si si, pero eso es otra historia! me dijiste que no nos ibamos a meter con mi vida privada!. Sigo: mi primer equipo se llamaba "La Trastienda". Jugaban el Garcha, el Mato Klein, y Adrian Caponi, que ahora brilla en Dep. Industrial... Que equipo!. Despues vino una época oscura. Arrastrado por la tentación de obtener mujeres fáciles y exitos pasatistas me dediqué a deportes infames como el voley. Temerosos me sacó de todo ese olvido, me rescató para el Olimpo de los habilidosos, me enseñó la pasión!

SC: ¿cuando empieza todo eso?

B: En 1990. Yo estaba en primer año de Turismo en la UNC. En realidad me había anotado en la Facu, para jugar en el terneo de la Universidad. Y se me dió: Sendón me ofreció formar parte de un grupo de ilustres que ese mismo año fundamos Temerosos: Sendón, Guille Fernández, Yo y el Fede, que se equivocó de nombre, el muy burro y en vez de Temerarios le puso Temerosos (podés creer?). Empecé jugando de 5: entrega, marca, y dosis justa de habilidad. Poco a poco
fui cambiando el mameluco, el casco y la pala, por el smoquin, la galera y la varita. pasé a jugar de diez, acompañando a algunos virtuosos como el Guille, Gardel, Alesiani, y mi querido Laucha...

Otra vez sus ojos se llenan de lágrimas. Intenta esconderlas trabajosamente. Se nota que habla de una época sentida, de una bohemia futbolera irrepetible. Mientras teclea la máquina
registradora y atiende a un chileno que le pide euros, se pierde en la noche de esos recuerdos...

(continúa mañana)