11 agosto, 2006

Galería de ídolos Temerosos: Huguito Jara

Hace largo tiempo había prometido iniciar esta galería de ídolos temerosos, con el objeto de recordar el paso de muchos jugadores y amigos por la T; algunos cracks, otros rústicos, verdaderos ídolos en el recuerdo. El elegido para comenzar es Huguito Jara

Huguito Jara (alias "El Mudo") fue un lateral izquierdo que formó parte de la camada fundadora de Temerosos en el 90. De esos laterales de la vieja escuela: morrudo, cuello de gladiador, y cara de asesino serial portador de una sonrisa indeleble. De poca, casi nula subida. Pero de una marca implacable. Que arrancaba aplausos y demostraciones de orgullo en la parcialidad Temerosa, y gestos de dolor y expresiones de legítimo miedo en el adversario. Huguito tenía un postulado tácito (nunca lo dijo) : "pasa la pelota o el jugador, nunca los dos". Y vaya si lo cumplía. Reclutado en la misma aula de la Facultad de Turismo donde se formó el equipo, recuerdan los memoriosos que solo asintió cuando le propusieron ser parte del equipo, tan corto de palabras era. La cultura popular abonó el mito que su mudez se debía a su voz aflautada, que no coincidía con ese cuerpo de malevo de las 400, que le había tocado en suerte.

Huguito no faltaba nunca. La mayoría de las veces se venía con Beto Potovich hasta las canchas de Independiente, donde se jugaba el torrneo de la UNCo, y le pagaba el gasoil y después el peaje.

Siempre paradito atrás, era obediente a las órdenes de Sendón, nunca un si ni un no. Muchas veces se juntaba con éste en posición de seis para hacer un relevo. No le pedíamos mas. Pero la franja izquierda quedaba cancelada. A medida que lo conocimos, aprendimos a medir sus excesos y, por ejemplo, respetuosamente nos dábamos vuelta para no mirar, cuando algún delantero se le acercaba y Huguito se preparaba para barrer: que placentero escuchar el deslizamiento de su corpacho tirándose al piso, luego ese instante eterno en que el contrario volaba como sacudido por una catapulta, y al final el aterrizaje doloroso, el vaticinio de seguros machucones, los ayes de dolor... Huguito invariablemente se retiraba calladito, con su trote corto. Jamás dejó de darle la espalda a los árbitros cuando le sacaban amarilla...

Su carrera en la T fue un dechado de regularidad y legítimo amor por los colores temerosos. Hasta aquella fatídica tarde en que se le saltó la chaveta: Le pusieron un tremendo codazo a Mauro Alesiani, sobre el sector derecho de nuestra defensa. Fui uno de los testigos privilegiados de la escena que siguió, que está en la vitrina de las mejores anécdotas y cada tanto decora las charlas en los asados: Huguito salió disparado, cruzó la cancha como una rayo y sin un grito, sin que nadie lo advierta, salido de la nada, vengó la afrenta con un soberbio cabezazo, un perfecto movimiento de esa cabezota que se estrelló en el tabique nasal del agresor. La siguiente imagen que vive en mi recuerdo es la de Huguito corriendo con todas sus fuerzas para evitar que lo alcance una horda de enfurecidos jugadores contrarios, saltando las vallas y perdiéndose para siempre entre los álamos y membrillares de la chacra vecina.

Le dieron, creo, 99 años, como en el rugby. Y Huguito nunca más jugó en la T. Me contaron que lo vieron, pasados unos años, domado por la vida, entrado en carnes y años. Según me dijeron, abandonó la práctica activa del fútbol. La T es dífícil de reemplazar.

Nosotros lo seguimos extrañando.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY BUENO
UN RETRATO EXACTO DEL GRAN MUDO
PD.UNA PEQUEÑA CORRECCION..ERA DE LAS 400 NO DE LAS 300..
PERO EL RELATO DE SU PASO POR LA T ES PERFECTO

Anónimo dijo...

Muy pero muy bueno el recuerdo... Huguito, una persona de fierro y muy buen tipo....
Ojalá la vida nos dé otra chance de verlo y arrimarlo al grupete..
Muy bueno editor... lindo refrescar la memoria con tipos como este...
Un Creador de la T.

El Editor dijo...

Me alegro que les haya gustado. la verdad es que lo escribí con mucha nostalgia por ese buen amigo que es Huguito (que tres, la puta madre!!!)
Bomba, tenés razón, era de las 400. Pero esto como un cuento de Soriano, le ponemos un poco de ficción para sazonarlo... como el penal más largo del mundo, o los cuentos de los años felices...

Anónimo dijo...

RODRO, la verdad es que lo de Huguito Jara me emocionó. Que memoria!!!!! Espectacular la galeria de los crack. jajaja

Anónimo dijo...

Roro
Realmente que bueno todo lo que estoy leyendo ultimamente!!!!!!!
A pesar de solo conocer a dos o tres de los temerosos,las descripciones y detalles que haces de ellos es como si estuviera compartiendo futbol y choriseada con ellos.
Como lo nombras mas atras muchos de tus relatos , me llevan al gordo Soriano (mi favorito)tomado de la mano del negro Fontanarosa.
pero con el toque y la calidez tuya
Cuando te sentas frente a un teclado y fluyen cosas asi, es porque sos untocado por la varita magíca de las letras,y eso es maravilloso
me encanta leerte cada dia más
mamá

Anónimo dijo...

me maravillo el relato que haces de ese paso de un amigo por Temerosos,tanto me gusto que lo mande al amigo alejandro appo y creo que lo va a leer porque realmente es muy emotivo.Pienso que a Huguito le alegraria el corazon leerlo y saber que ese grupo lo recuerda con tanto cariño.
alberto