28 abril, 2016

El barrefondo no se mancha

Bastó perder el mal llamado Clásico contra Ingenieros por la mínima diferencia, para que los arqueólogos de infortunios y desaveniencias se pusieran a buscar el origen del mal. No fueron pocos los que cargaron contra el infractor condenado. El pupa fue vilipendiado en la semana no tanto por los que tímidamente le enrostraron su cagadón, como por quienes desde el silencio y el laconismo le hicieron sentir la pesada carga de la culpa. Fue, por ende, una semana de pocos videos, pero además poco agite en el chat y seguramente mucha tinta digital en conversaciones privadas viendo la paja en el ojo ajeno. 

Errores comete cualquiera, amigos. El problema es cometerlos por desafiar las leyes divinas. No podés tirar un barrefondo así como así, y encima en el área, porque te llevas todos los boletos del desastre. Penal, derrota y cosa juzgada. Es que "Barrefondero" se nace, no se hace. La Cofradía de los Laterales, claro, salió a bancar a uno de sus miembros más conspicuos y le dió toda la confianza para que siga intentando, siempre afuera del área.

El problema, el verdadero problema, vino cuando digerida la macana, no pocos advenedizos empezaron a sindicar al barrefondo como el culpable de todo. Es como meterse con el castellano, el repulgue de las empanadas fritas, la tripa de pollo para encarnar para el armado chancho. Son instituciones del acervo cultural regional que hay que defender y mantener. El barrefondo pertenece a la comunidad temerosa. Es casi tan sagrado como el choro para Narvaez, la Heineken para el Bata y el arroz para el guiso del Fede. Barrefondo es Cultura Temerosa. Métanse con cualquier cosa, menos con el barrefondo. Cumpas: Ni se les ocurra prohibirlo; ni lo piensen siquiera. Queremos barrefondo para nuestros pibes, para los hijos de nuestros hijos. Es nuestra historia y nuestro legado. 

Parafraseando al gurú de Habana y Segurola: "El Barrefondo no se mancha"

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