Trabajó duro y a destajo el herrero de la T para fraguar las estatuillas de esta semana. Es que el loco lindo de Manu se lleva tres, algunas compartidas, y hubo que pagar horas extras. Veamos que decidió el jurado con los premios de esta semana:
Los premios
Premio Chiaraviglio: Primera estatuilla para Manu. Tres de tres, y los tres frustados. Como los intentos del garrochista argentino en Beijing, Manu tuvo tres pelotas tres con el arco a su disposición, y falló a su extirpe goleadora. Goles son amores. Yerros son protestas. Sacate la raspadita y seguí participando!
Premio Angelito Di Maria. Para Lea, un atleta que encara y encara. Se le trabó la reversa, dicen sus detractores. No toca una pelota para atrás, argumentan los conservadores defensores del fútbol cerrojo. Yo a Lea lo quiero en mi equipo, nadie puede discutirme su efectividad.
Premio Jeckyll & Mr Hide: Segunda estatuilla para Pier. De día y afuera de la cancha, un gra
n amigo, exitoso empresario, buen padre de familia, mejor esposo, hilarante chateador, un lujo de persona, mire... Pero adentro del field, un enfermo que protesta todo, pero tooodoo, ehh, un activista de la CTA, un telenoche investiga, un mostro de la protesta airada, un payaso loco sin chaveta. Lo sigo queriendo, y cómo... pero se le va acabando el crédito. La estatuilla de las dos caras va entonces a las vitrinas del nuevo local de calle Lainez
Los premios
Premio Chiaraviglio: Primera estatuilla para Manu. Tres de tres, y los tres frustados. Como los intentos del garrochista argentino en Beijing, Manu tuvo tres pelotas tres con el arco a su disposición, y falló a su extirpe goleadora. Goles son amores. Yerros son protestas. Sacate la raspadita y seguí participando!
Premio Angelito Di Maria. Para Lea, un atleta que encara y encara. Se le trabó la reversa, dicen sus detractores. No toca una pelota para atrás, argumentan los conservadores defensores del fútbol cerrojo. Yo a Lea lo quiero en mi equipo, nadie puede discutirme su efectividad.
Premio Jeckyll & Mr Hide: Segunda estatuilla para Pier. De día y afuera de la cancha, un gra
n amigo, exitoso empresario, buen padre de familia, mejor esposo, hilarante chateador, un lujo de persona, mire... Pero adentro del field, un enfermo que protesta todo, pero tooodoo, ehh, un activista de la CTA, un telenoche investiga, un mostro de la protesta airada, un payaso loco sin chaveta. Lo sigo queriendo, y cómo... pero se le va acabando el crédito. La estatuilla de las dos caras va entonces a las vitrinas del nuevo local de calle LainezPremio Laurel & Hardy: La tercera de Pier, esta vez compartida con el
Bomba. El Gordo y el Flaco, dos actores del cine mudo jugando la guerra de los roces, exprimiendo la paciencia de buenos y malos, un espectaculo a la gorra, en pleno invierno valletano. Excelente representación de Hamlet. Algo huele a podrido en Don Pedro, don Niembraaaa!!!Apostillas del sábado
Volvió una tarde. Pero si lo esperábamos. El lindo y mimoso de Narváez nos tenía desatendidos. Y volvió el sábado para delicia de las huestes temerosas que alentaron su regreso triunfal. Las fuerzas del oren lo irán a buscar en caso que intente repetir ausencias. Barbitaaaaaaa!!!
Era todo una injuria: Era todo mentira eso de que el Cabe tenía la pelota pegada, lo pudimos comprobar. Y no hizo falta Coca Cola para despegarsela. Honesttoooooo
Cábala: "Nunca vi perder a Temerosos en Don Pedro" me rezó el ruso al oído, cuando estábamos 1-2. Como el viejo Casale en el cuento de Fontanarrosa. Pero el Ruso no se murió de un infarto, y estuvo ahí firme, y hasta se peinó para la foto
Volvió una tarde. Pero si lo esperábamos. El lindo y mimoso de Narváez nos tenía desatendidos. Y volvió el sábado para delicia de las huestes temerosas que alentaron su regreso triunfal. Las fuerzas del oren lo irán a buscar en caso que intente repetir ausencias. Barbitaaaaaaa!!!
Era todo una injuria: Era todo mentira eso de que el Cabe tenía la pelota pegada, lo pudimos comprobar. Y no hizo falta Coca Cola para despegarsela. Honesttoooooo
Cábala: "Nunca vi perder a Temerosos en Don Pedro" me rezó el ruso al oído, cuando estábamos 1-2. Como el viejo Casale en el cuento de Fontanarrosa. Pero el Ruso no se murió de un infarto, y estuvo ahí firme, y hasta se peinó para la foto
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