25 agosto, 2008

Harry Potter y las reliquias temerosas


Temerosos 2 - Génesis 2

Empate en la tercera ante Génesis. Otra vez lo tuvimos ahí para golpear y tener el primer triunfo. Y también otra vez casi lo perdemos. La vieja ley del futbol que habla de los goles que se pierden se pagan en el arco propio sigue firme, y casi se nos va un punto por eso: no menos de seis goles perdidos en el área de enfrente que se terminaron cobrando en un 1-2 que necesitó un remontada a puro huevo y vaselina.

Salimos con David, Walter, Sendón, Seba y Javi; Lea, Toro, Cabe, Harry Potter y arriba The Son of the Wind & Pier. Este último tuvo cuatro goles en sus pies. Se los conté. Dos en el primero y dos en el segundo. El primero se lo morfó Lea a los 5, cuando encaró y encaró, y cundo tenía todo el arco remato directo al cuerpo del arquero.. Hasta que apareció nuestro mago remolón: El Bomba le pasó tiza a los pumas azules y metió un centro para la cabeza del Toro Aguirre que fue el merecido 1 a 0. Después si, Pier tuvo dos claras, de cabeza y de volea y nada. Nadie entendió que protestó en esa jugada, aparentemente los dueños de la chacra de al lado no podaron bien los álamos y eso le impidió la correcta defensa contra los rayos de sol que imposibilitó una definición redonda (en la semana iniciaría acciones legales). De a poco ello se fueron haciendo fuertes en el medio, nosotros íbamos, porque estaba la sensación de liquidarlo, y empezábamos a dejar espacios para la contra, que supieron aprovechar para en una contra ponerla por encima de la salida de David. Al entretiempo en tablas.

El segundo tiempo tuvo la misma tónica: nosotros intentando ir y ellos de contra, nos volvieron a vacunar, justo cundo nos jugamos a defender con 3, sacrificando a Walter por una de las puntas y poniendo en cancha a Santi, para ese doble cinco con el Toro, que tanto le gusta a la comisión directiva: uno rompe, otro crea. A remarla, otra vez. Estábamos abajo y la hinchada se ponía nerviosa. Y Pier volvió a perderse un gol que ya entraba, desconcentrado por tanto grito consejero que le llegaba de todo el equipo. Pero hay magia en el plantel. Los magos aparecen para torcer destinos que aparecen sellados, para contradecir ortodoxias blindadas, para dar vuelta historias. Primero fue un travesaño, después un tiro libre robado a su galera, y hasta voces de protesta, de esas a las que somos tan afectos. Faltando quince, paradito en la ubicación que le pedimos y que no entiende, el Bomba mando un centro cruzado, pasado, certero, letal, que Lea enganchó casi abajo del arco para poner el 2-2, que era el merecimiento mínimo que la T tenía en la tarde del sábado.

No me lo discutan, no le quieran enseñar trampas posicionales, no las entiende. No insistan en convertirlo en un atleta jamaiquino. Quiero en cancha al Bomba en estos partidos, para mantener la ilusión de torcer historias. Pueden tildarme de parcial, puede ser verdad. Pero que alguien me niegue que las risas en la Esso, después del doparti, le deben algo a esas dos asistencias.

En la edición de mañana: Medallero, semblanzas deportivas y lo que dejó el sábado

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