16 abril, 2012

100% actitud

Temerosos 2 - Dep. Industrial 1

Tan trabajoso como merecido fue este triunfo de la T, plagado de una actitud basada en una confianza que hacia rato no se sentía tan grupal adentro de la cancha.

Con el pitazo final, después de varios minutos de descuento que simularon horas, se descargo una emoción contenida, porque nos costó mucho edificar los 3 puntos.

Primero, y justo es decirlo como autocritica, seguimos repitiendo la imbecilidad de llegar justo sobre la hora pero sobre todo, ser pocos, por ausencias justificadas, pero que nos jaquean. Hubo que hacer esperar al árbitro y arrancar con Sergio disfrazado de 9 de metegol y además sufrir en los primeros minutos porque se nos vinieron con todo y nos cascotearon. Nos sobrepasaban las espaldas del medio campo y se venían y se venían. Los primeros diez fueron así, con gran actuación de la dupla central encarnada esta vez por el Negro y Mon. y una atajada justa de Gali que ayudó a cambiar la historia. Hasta que Cristian capturó un rebote en nuestra propia área, y fue y fue, levantó la cabeza y le puso un pase largo digno de Premier League a nuestro Peter Crouch, el Fede Browne, que contra los pronósticos mas agoreros, puso el cuerpo, defendió posición, corrió media cancha solo y definió ex-qui-si-to a la derecha y abajo del arquero que salió a cerrar. Un gol sacado del manual de los contragolpes que nos puso arriba, y presentó otro aprtido. Ya etsaba Santi y habia mas control, y despacito despacito nos fuimos haciedo dueños del trámite.

En el segundo seguimos igual, dejando pasar los minutos y con intentos con pelotas largas para el Perro y Fede. Promediando la segunda mitad, el Bomba, que hasta ahí se había vestido de obrero en la recuperación y entrega, se decidió y metió el único pase riquelmeano que le reclamamos por partido, cedió a Cristian en posición de extremo, y éste para el Doggy, que recibió, se hamacó justo para hacerse espacio y cuando vio la luz entre los defensores, desde la puerta del área, saco una vaselina preciosa que entró pidiendo permiso en el segundo palo.

Ahí, a aguantar. Se hizo grande Galeano, que tapó un mano a mano y cerró el partido (estás a mano Gali). Se multiplicaron los centrales, salió lo mas rústico de los laterales, el medio dió una mano y hasta los delanteros se arremangaron. Nos descontaron, y nos podrían haber empatado, pero había lo que otras veces no: confianza, mucha. Y amor propio. Y cariño por la divisa temerosa. Se notó mucho esa actitud, y los tres puntos quedaron para nosotros

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