NO sólo perdimos por la mínima, mostrando poca reacción, escasos argumentos y buenas razones para zafar, sino que se nos lesionó seriamemnte el Toro. El diagnóstico de fractura de peroné sonó en los celulares el sábado a la tarde como la confirmación de una mala leche que nosostros acompañamos con impensada abulia en la cancha.
No sirve comentar el partido, porque sería un racconto de errores pasados. Lo único que sirve es mentalizarse de salir a matar o morir este sábado. Quedan tres fechas y aún hay mucho por pelear
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