09 abril, 2013

Una 10 goleadora

El fútbol se sustenta en la rebeldía, la desobediencia, la desfachatez. Se necesitaba esa fría rebeldía y desdén por las normas sanguíneas que sólo tiene el Fede para ir al bolso, agarrar la 10, salir a la cancha, pelear la primera que tuvo y mandarla a guardar para poner cifras definitivas al primer triunfo temeroso del año.

Una diez goleadora (de quien era la 10??) fue importante, pero no fue la única clave. Primero, el equipo jugó corto y se dejó de boludeces, se puso a tocar cuando pudo y jugó concentrado. Y atrás, Narváez tapó dos pelotas, una en cada tiempo, in-cre-i-bles.

También fue importante tener, claro,  un técnico cerebral y ordenador (como nos cuesta jugar corto , por dió!!). Hubo algunos puntos bien altos, como Masita, que no perdió ninguna, Seba, que jugó tirando el acoplado todo el partido, y el Santi que alternó su pasito de cuplé con entrega y respeto táctico. Doggy fue siempre un fox terrier venenoso que ante a palabra de su amo mordía los garrones. Le faltó puntada final como a Mon, o creersela que la puede meter, porque tendríamos que haber liquidado de contra y nos perdimos varios.

Casi pagamos la vieja ley del fútbol, esa de que los goles que no se hacen se sufren: cando faltaban nada más que 30 segundos, les quedó limpio el empate, pero el gordo les tiró encima un manchón negro que fue la salvación de los tres pntos y le merecieron el reconocimiento hasta del árbitro.

Tres puntitos. Tan poco, pero tanto!.. Y Masita que consiguió laburo, y Dieguito Mon que entró al club de los 40... Una semana para festejar.

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